Inicios
Proveniente de una humilde familia andina, su padre Esteban Ruiz Pernía era un Maestro albañil nacido en Santa Cruz de Mora, Edo. Mérida y su madre Isabel Suárez, era ama de casa y planchaba ropa como oficio doméstico.
Desde edad temprana manifestó dotes innatas como dibujante y por imposición paterna desde muy pequeño entró en contacto con los oficios relacionados con la construcción. Pero fue su contacto con el taller de herrería de un vecino, Luis González, su estímulo más recordado, por brindarle los conocimientos básicos sobre las técnicas y materiales que posteriormente empleará en sus esculturas.
Otra experiencia significativa para su desarrollo como creador fue su apreciación de las estatuas votivas del Cementerio Municipal de San Cristóbal, las cuales en su infancia limpió y conservó como una manera de colaborar con la economía doméstica. Caracterizado por su valor histórico y artístico, éste camposanto ubicado en el centro de la ciudad y aún activo, fungió como primer museo para Suárez, quien a través de su incipiente oficio, estableció un contacto sensorial muy próximo con estas piezas ornamentales y con los materiales nobles como bronce y mármol, de los cuales estaban hechas.
Sin embargo, de acuerdo con su testimonio, su primera manifestación estética fue el Río Torbes: "En muchas ocasiones solía ir al río para jugar con los barcos de papel. Desde el primero momento quedé encantado por el color, la textura de las piedras, y la fuerza de sus corrientes".