Década de los 70

En 1970 su actividad expositiva va de la mano con la necesidad generacional de abrirse camino como parte de un colectivo creativo. No sólo se integra a diferentes formaciones de artistas plásticos ("Visión", "Visión 3", Joven Visión") caracterizados por su heterogeneidad, sino que persiste en su afán por mostrar su trabajo que, aún experimental, es consecuente con una línea investigativa en lo abstracto. Geometría compositiva e informalismo en su propuesta técnica conviven en balance simbiótico sin comprometerse a un cánon prestablecido ni a tendencias dominantes.

Dansolo junto con sus obras, en la exhibición Expo 70 que con otros jóvenes artistas realizó en la
avenida Francisco Javier García de Hevia, de San Cristóbal. Archivo personal.

Ese mismo año conoce a quien será su esposa: Elizabeth Bustamante Pérez, "una joven merideña que logró cautivarme con su belleza y personalidad. En 1971 decidimos casarnos en la Catedral de la ciudad de Mérida. Con el tiempo empezamos a crear las bases de nuestra familia, a la cual se incorporarán nuestros tres hijos, Darwin, Daniel y Damián".

Elizabeth Bustamante (segunda desde la derecha) y Dansolo (primero desde la derecha), cuando aún eran alumna y docente. Ella ya era autodidacta cuando Suárez la conoció gracias a Nabor Zambrano (segundo desde la izquierda), el amigo común que los vinculó en San Cristóbal. En esta foto aparecen a la derecha registrados por la prensa local durante una exhibición, al fondo obras de Leonel Durán. Archivo personal.

Se instaló en Caracas en 1971, donde trabajó como dibujante industrial en oficinas de publicidad. Incursiona en la decoración de vitrinas, de interiores de oficina, locales comerciales, residencias, así como en la realización de carteles, avisos publicitarios, tapices, mobiliario y vitrales. Todos estos oficios nutrirán su experiencia con el manejo de técnicas y materiales que servirán de insumo para su trabajo plástico.

1972 fue un año muy prolífico en exposiciones colectivas: En su tierra natal realiza la Primera y Segunda Experiencia Nueva Oscuridad. También participa en la Feria Internacional del Libro, organizada por el Instituto Nacional de Cultura y Bellas Artes INCIBA, en San Cristóbal. En la Primera Exposición de Pintores y Escultores Tachirenses, presentó tres obras representativas de sus Puntos Flotantes, uno de sus más emblemáticos y evolucionados trabajos en el Op Art. En Caracas expone en el Salón de Artistas Jóvenes, en el Palacio de Las Industrias, en el Círculo Militar del Paseo de Los Ilustres y en el Club Táchira de Colinas de Bello Monte.

Logra su primera exposición individual en la Galería Le Petit Louvre, de Caracas, en 1975. Esta muestra resulta singular, porque las sesenta obras que la componen serían las únicas que registran un abordaje figurativo en la trayectoria del artista. Sin embargo debe precisarse que en las marinas, naturalezas muertas, flores y demás elementos del figurativismo clásico retratado en esta serie, la impronta informalista se presenta en el tratamiento del material usado para pintarlas. Aplica el acrílico con esponjas, espátulas, en un trazo rudo, denso, que golpea la apariencia, a la figura para expresar lo que realmente lo impulsa, el gesto y la materia.

Una de las pinturas de Daniel Suárez expuestas en la Galería Le Petit Louvre. Archivo personal.

Al año siguiente realiza su segunda individual en la Casa de la Cultura de Barinas, obteniendo un inesperado éxito para un joven artista abstraccionista en lo que para entonces era un entorno tradicionalista. Su tercera exposición individual la realizó en la Galería del BANAP, en Caracas, en 1977. 

 


Distintas vistas del montaje exposivitivo de Daniel Suárez en la Galería del BANAP. Archivo personal.

En estas últimas exposiciones en solitario, su preocupación sobre la materia pictórica y la gramática plástica que mejor la manifestara, se decanta hacia el abstraccionismo informalista. Será una apuesta muy personal, porque no se apoya en referencias, en escuelas o creadores específicos.

Tanto en la paleta de colores vívidos, 
así como en la composición orgánica planteada sobre un soporte en ocasiones tridimensional (cóncavo y convexo), al igual que en el tratamiento del material, incluyendo arena, pegamento y acrílico aplicados con herramientas de albañilería y esponjas, puede apreciarse una identidad madurando fuera de las conceptualizaciones y los cánones convencionales.

Es una búsqueda interior que se plasma con literalidad representando formas y figuras que bien pueden ser representaciones muy personales de células en comunión orgánica como también órganos, víceras captadas en su natural estado de latencia. Una pista de esta búsqueda por plasmar lo interno, está a simple vista, en los títulos de las obras de esa época: "Transparencia celular", "A través de la Materia", "Noicalucric" (circulación escrita al revés), "Metamorfosis".

Daniel Suárez contaba con 27 años cuando expuso en la Galería del BANAP, Caracas. Archivo personal.


 
Dos obras de Daniel Suárez de la misma década, ambas comparten la propuesta de un soporte que supera el plano bidimensional, ignoran el marco e integran los cantos laterales, superior e inferior a la composición. También incorporan un componente volumétrico en el soporte: son cóncavo-convexos. Aunque se diferencian sustancialmente en el tratamiento cromático, ambas cuentan con las transparencias y los elementos geométricos, junto con los surcos, hechos con arena y pegamento. Archivo personal.

Detalle de la obra de Daniel Suárez "A Través de la Materia", del año 1977. Véanse en el borde inferior los surcos seriados que cruzan la pieza de derecha a izquierda, hechos en arena y pegamento aplicados con paletas dentadas. Pueden considerarse los precursores de los capilares o filamentos de sus esculturas de los años 2000 en adelante.






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