Daniel Suárez, promotor de arte

Una de las facetas más singulares en la trayectoria de Daniel Suárez es la de realizador de obras y proyectos de otros artistas. En general los artistas se dedican a la producción de sus propias ideas. Claro está que en un taller de arte es posible que el creador convoque a otros artistas o artesanos o técnicos para que bajo su directriz ejecuten sus piezas o proyectos.
Pero lo particular de Suárez es que siendo artista convirtió en oficio la propia realización de obras para sus colegas, representando una suerte de vicariato en el que su experiencia y criterio creador se ha puesto a la orden para cocrear lo que los artistas no pueden hacer como individualidades, tanto por las limitaciones físicas como por las económicas.

En 1975 conoció a Víctor Valera y por los veinticinco años siguientes laboró para él en los acabados finales de sus esculturas. Las cotas de excelencia y calidad alcanzadas en esos trabajos llamó la atención de otros destacados creadores que de manera consecuente recurrieron al taller de Suárez para aprovechar su experticia y garantizar esos mismos acabados para sus propias obras. 

Junto con la restauración, su taller se dedicó a realizar o culminar obras de artistas como Víctor Valera, Pedro Briceño, Lía Bermúdez y más recientemente Juvenal Ravelo, Ángel Hernández, como artistas exclusivos.

También realizó series de obras para Jesús Soto, Mateo Manaure, Alirio Oramas, Julio Pacheco Rivas, José Campos Biscardi, Enrico Armas y Santiago Pol. Con el internacionalmente reconocido artista Octavio Herrera también hubo un acuerdo que avanzó con más de setenta diseños para producción exclusiva que, sin embargo, quedó temporalmente truncado con su reciente fallecimiento en Francia, donde residía.

En el mundo del arte no es usual que un artista consuetudinario se avoque a trabajar la obra de otros artistas como un oficio en sí mismo, mucho menos que sea el financista del proyecto en el marco de un acuerdo comercial y de representación con el creador. Esta idea la desarrolló Daniel Suárez a mediados del 2000 para consolidar los procesos, proteger los proyectos de los artistas y garantizar la ejecución de proyectos que de otra manera los artistas no podrían ver hechos realidad. Sin duda fue un esquema de negocios inédito en el mercado del arte y estimula a repensar el lugar que convencionalmente ha tenido el mecenazgo y las galerías privadas en la promoción de los artistas que auspician.

Daniel Suárez hizo realidad esa quimera, multiplicando las posibilidades de los creadores así como ampliando el alcance de sus proyectos. Tomó su propia experiencia en las dificultades que padeció para desarrollar su propuesta plástica y ganar visibilidad en el mercado del arte nacional, para diseñar un esquema integral que permitiera a los artistas ejecutar proyectos a una escala que no estuvo a su disposición hasta ahora. Lía Bermúdez, Juvenal Ravelo, Ángel Hernández y Pedro Briceño gozaron los beneficios de esta iniciativa y muchas de sus obras se ejecutaron bajo este esquema, obteniendo beneficios que nunca habrían aspirado bajo el modelo convencional.

En este sentido, el trabajo de Daniel Suárez como promotor de arte, su esquema de negocio y la integralidad de su enfoque para desarrollarlo ha sentado un precedente que posee un carácter referencial e histórico. De otro modo muchas obras de éstos artistas no existirían ni sus proyectos habrían incentivado sus capacidades creativas ni parte sustancial del mercado del arte nacional.

Con su mirada prospectiva, incorporó al proceso de fabricación de una obra de arte diferentes disciplinas técnicas (pintura, herrería, ingeniería, diseño gráfico, modelado digital, etc.) y nuevas tecnologías (máquinas de corte laser, animación 3D, realidad aumentada, mapping) para multiplicar las posibilidades expresivas de los creadores así como para estimular nuevas y diferentes capacidades de rentabilidad para el arte.

No obstante, Daniel Suárez no lo hizo sólo, contó con el apoyo de su familia que tomó su proyecto como un negocio familiar y le abonó las perspectiva para hacerlo sostenible en el tiempo. Sin duda la participación de sus hijos, en especial de Daniel Suárez Bustamante (Jr.), fue sustancial, sofisticando los procedimientos y consolidando una línea de trabajo determinada por la calidad y la atención al cliente. 

Además, a lo largo de su trayectoria Daniel Suárez ha creado escuela entre jóvenes trabajadores, obreros y técnicos a quienes formó en su taller dándoles trabajo a numerosas personas, formándolos como artesanos y especialistas en un rubro que es invisible para la economía aunque genere un valor agregado relevante.

Cabe mencionar el papel que jugaron los coleccionistas, entusiastas del arte e instituciones en esta experiencia. Sin su confianza en la palabra y la trayectoria de Daniel Suárez, no sería posible la existencia de una porción importante de la producción artística de algunos creadores venezolanos que apostaron en integrar las obras realizadas en el taller de Daniel Suárez a sus patrimonios personales.




Vistas del taller de Daniel Suárez instalado en la Galería Durban César Segnini, en Las Mercedes, Caracas. Arriba, piezas de Lía Bermúdez, Víctor Valera y Pedro Briceño pueden apreciarse en distintas etapas de trabajo, tanto de restauración como de acabados finales. Abajo, Daniel Suárez trabajando para el acabado final de una pieza de Valera. Circa 1985. Archivo personal.

Víctor Valera (izquierda) en el taller de Daniel Suárez (derecha), foto circa 1999.
Archivo personal.

 

 
Daniel Suárez en la década del '80 trabajando en los acabados de las obras del Maestro Víctor Valera. Archivo personal.


Daniel Suárez en plena realización de los acabados finales de "Gestación" escultura monumental de Lía Bermúdez del año 1987, ubicada en la entrada principal del Tribunal Supremo de Justicia, en la esquina "Dos Pilitas" de la Av. Baralt, Caracas. Archivo personal.



 Los acabados de las 20 piezas que componen el conjunto escultórico "Pájaros" de Lía Bermúdez, instalado en el techo de la mezzanina de la antigüa Torre Consolidada de La Castellana, fueron realizados por Daniel Suárez quien también dirigió el montaje (abajo) para la inauguración de esta edificación en 1988.

 
Daniel Suárez hijo (izquierda) junto con el equipo de su padre en la instalación de “Ovoide Vertical”, de Jesús Soto, realizada en 1997 por el taller de Suárez para el propio Maestro Soto.
Archivo personal.


Daniel Suárez en su taller rodeado de obras de Víctor Valera algunas en distintas etapas del proceso de acabado otras en restauración, circa 1984. Archivo personal.


Otra vista del taller de Daniel Suárez, esta vez en primer plano se aprecia una escultura a medio terminar de Lía Bermúdez y detrás dos obras de Víctor Valera, en distintas etapas de realización del acabado final, seleccionadas para su exposición antológica del Museo de arte Contemporáneo en 1984. Archivo personal.


La mayoría de las esculturas expuestas en la antología de Víctor Valera en el Museo de Arte Contemporáneo de Caracas en 1984 fueron restauradas o tratadas en sus acabados finales por Daniel Suárez. Archivo personal.


"Desplazamiento Perforado" de Víctor Valera, conjunto de tres obras ubicadas en la Estación Parque Generalísimo Francisco de Miranda del Metro de Caracas, Miranda, fueron tratadas en sus acabados finales por Daniel Suárez en 1984.


Las obras que integraron la exposición retrospectiva de Lía Bermúdez en el Museo de Arte Contemporáneo de Caracas en 1992 fueron en realizadas en el taller de Daniel Suárez, como puede apreciarse en esta foto en la que se trabaja sobre la escultura "Y Olé", integrante de la muestra. Archivo personal.


A la izquierda integrantes del equipo del Taller Daniel Suárez trabajando en los acabados finales de la escultura "Fuerza Montini" de Víctor Valera, ubicada en el Centro Empresarial Macaracuay Plaza, Miranda. La pieza (derecha) es de hierro pintado en poliuretano, mide 13 metros y se terminó en 1992. Archivo personal.


"San Benito" de Víctor Valera y patrimonio de PDVSA Zulia, ubicada en Lagunillas, fue trabajada por el equipo de Daniel Suárez en 1994. Archivo personal.


La aplicación del patrón cromático de "Tropicosol" obra monumental de Mateo Manaure ubicada en Caraballeda, La Guaira, fue ejecutada por Daniel Suárez en 1994. Archivo personal.


De Mateo Manaure también es el diseño de este cerramiento para una residencia en Caracas, que fue realizado por el taller de Daniel Suárez en 1990. Archivo personal.


Daniel Suárez (izquierda) y Lía Bermúdez (derecha) en el Centro de Arte donde el primero realizó varias de las obras (como en la que ambos posan para la foto) de la Maestra escultora, a quien además Suárez le organizó una individual en 2006, además de llevar su obra a participar en varias ferias en Caracas y Maracaibo.

Identidad gráfica de la exposición individual de Lía Bermúdez "Dimensiones en el Espacio", una muestra del año 2006 organizada con obras recientes todas realizadas por el Centro de Arte Daniel Suárez, inaugurando el modelo autogestionado concebido por Daniel Suárez que integra en un acuerdo de exclusividad con el artista la realización de las obras y el plan de promoción. Archivo personal.


Lía Bermúdez (centro) y Daniel Suárez (derecha) en compañía de personalidades del arte y la cultura inaugurando su exposición en el Centro de Arte "Dimensiones en el Espacio". Archivo personal.

Lía Bermúdez, Maestra escultora a quien Daniel Suárez realizó numerosas obras, posa orgullosa ante algunas de éstas, en su individual realizada en el Centro de Arte en 2006. Archivo personal.


Daniel Suárez (derecha) y Juvenal Ravelo (izquierda), amigos, colegas creadores y socios desde 2010, dentro del esquema de negocios desarrollado por Suárez para financiar de manera autogestionada la realización y promoción de obras de arte con el respaldo y las garantías exigidos por los más altos estándares del mercado del arte. Año 2023. Archivo personal.


Identidad gráfica de la exposición "Luz y Color en el Nuevo Milenio", una individual de las obras recientes del Maestro del cinetismo Juvenal Ravelo, de 2012. Organizada por el Centro de Arte Daniel Suárez, todas las obras exhibidas se realizaron en su taller de forma autogestionada, así como todo el plan de promoción que se ejecutó. Fue la primera individual del Maestro Ravelo en Caracas, después de treinta años sin exponer en el país.


Vista de las salas con el montaje de la exposición "Luz y Color en el Nuevo Milenio", con algunas de las obras del Maestro Juvenal Ravelo, realizadas por el Centro de Arte Daniel Suárez, en 2012. Archivo personal.

Daniel Suárez (izquierda) y Juvenal Ravelo (derecha) en compañía del embajador de la República Francesa en Venezuela para ese entonces Jean-Marc Laforêt y su esposa Anne Louyot (centro), inaugurando la exposición "Luz y Color en el Nuevo Milenio", en 2012.




Sala del Centro de Arte Daniel Suárez ocupada de numerosas obras de Juvenal Ravelo realizadas en el taller de Daniel Suárez, para la exposición de 2017. Fotos Ronny Vivas. Archivo personal.


Daniel Suárez (izquierda) junto a su hijo Daniel (centro), mostrándole una de las etapas del proceso de realización de obras de Juvenal Ravelo al embajador francés Romain Nadal, en visita al Centro de Arte Daniel Suárez, año 2017. Archivo personal.


EL Maestro del Cinetismo Juvenal Ravelo, con 87 años, estampando su rúbrica en la cara posterior de una de sus obras realizadas en el Centro de Arte Daniel Suárez. Año 2023. Archivo personal.


Muestra de obras del Maestro Ravelo realizadas en el Centro de Arte para su exhibición en diciembre de 2022. Archivo personal.

"Caballo", escultura de Enrico Armas, otro de los creadores que ha desarrollado series de sus obras con el auspicio y apoyo técnico de Daniel Suárez. Año 2023. Archivo personal.









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