Crítica: "La Potencia Creativa de Daniel Suárez" Carlos Maldonado-Bourgoin (ENG VR)
Daniel Suárez, con esa renovada capacidad creadora en su obra, ha sido constante. Antes de su exposición «El Despertar de la Conciencia», en 1986, estaba en la búsqueda de un espacio que acompañaba con la experimentación matérica, donde ya aparecía el elemento circular, la elipse, el punto, que unía y reunía formas o informas de un paisaje interior, principio de la gran mayoría de sus proposiciones. El artista siempre se ha ubicado del lado de la Abstracción.
En aquellos años de la Guerra Fría de
finales de los sesenta, cuando el informalismo o la pintura de acción eran la
respuesta del artista contemporáneo en buena parte del mundo, el joven
estudiante de arte en San Cristóbal mostraba sus primeros trabajos al público
local. Eran unas cajas de vidrio y madera que dentro llevaban unas pinturas que
negaban la forma, estas aceptaban y recreaban la materia (piedras, esmaltes,
arena, limadura de hierro,...), y daban una sensación de encerramiento y de
congelamiento de un mundo dentro de un espacio absurdo.
Seguidamente, propone los «Puntos
Flotantes», estructuras tridimensionales en distintos materiales que decían del
ritmo del mundo. Obras de un «vigor constructivo e impacto visual», que
buscaban un espacio cósmico. Porque «el cosmos era para el artista la razón
de su visión, y el resultado de esa mirada era la proyección de su conciencia
hacia una esfera más alta, demostrando que a partir de esa conciencia
místico-poética, podía no sólo sentir la realidad del espacio cósmico, sino que
también podía expresarlo representándolo. » (Andrés Mejía, Catálogo de «El
Despertar de la Conciencia », Galería Sin Límite, San Cristóbal).
A su llegada a Caracas, el artista sufrió
un impacto y una mutación, porque si bien había un mundo natural, también
estaba el mundo artificial, el de la ciudad vibrante, inquietante y estresante.
Suárez reflexiona sobre su espacio plástico, su forma y su color, y antes que
tomar la vía de representación de ese cosmos, propone una visión sensorial y
hasta metafísica del mundo. El propio artista puso de epígrafe en varios de sus
catálogos la sentencia de Leonardo Da Vinci: «¡Oh!, curiosos de cosas... No
te contentas con verlas tal como la naturaleza las hace, busca el placer de
conocer su origen pues ya están diseñadas en tu espíritu.»
Desde entonces, Daniel Suárez ha tenido esa
vocación en su obra, transformada a veces en invocación. Una teoría de la
formación del universo, no un relato o un génesis, es la obra reciente del
artista. Tenemos que aceptar lo interpretativo antes que lo descriptivo en su arte.
En 1998, Suárez obtuvo el Tercer Premio del Concurso de Pintura y Escultura V
Centenario del Descubrimiento de Venezuela, Museo de Ciudad Bolívar en la Casa
del Correo del Orinoco, Ciudad Bolívar, Estado Bolívar. La obra que lo
representó titulada «Tierra de Gracia» es un relieve; una superficie con
textura en forma redonda dividida en dos polos que están juntos, pero que una
fuerza interior irreconciliable tiende a separar. Era el encuentro de Venezuela
con España, con Europa, el impacto de dos culturas. El fallo del jurado –del
que formé parte- fue unánime, por el discurso y la propuesta, la obra era un
icono del acontecimiento histórico que se conmemoraba.
Dentro de ese discurso plástico, Daniel
Suárez muestra una versatilidad de recursos técnicos que logra anudar con
unidad expresivo visual. Cosmo-Gonías (esculturas, relieves y
esculturas) reúne un conjunto de obras recientes del artista. La alusión
autobiográfica, astrológico-geográfica, mágica y ecológica, en su serie de
pinturas; así como las imágenes aéreas, interiores y cosmogónicas de los
relieves; y, la referencia a los principios orgánico-mecánicos que dan origen a
la vida en las esculturas, sugieren el artista-mago o mago y artista que
encarna Daniel Suárez, quien concilia y comunica las dimensiones y los opuestos
de la realidad del hombre contemporáneo. Las tensiones, heridas, grietas,
suturas y el uso de diagonales, dan un gran dinamismo y espacialidad, en el
contexto las obras, porque la búsqueda de un espacio y de un tiempo ha sido
siempre su fin último.
Suárez recuerda sus inicios de artista abstracto, aparece y sugiere los Puntos Flotantes, como una invitación al despertar de la conciencia y como una exhortación de la vuelta a casa o a los orígenes del mundo. Para él, el universo queda compendiado y sintetizada en el Círculo. Se concentra en esta forma y en la Elipse, con una clara referencia a la sabiduría ancestral arcaica, a la física moderna o la teoría cuántica, porque estas formas son el principio y son el origen del Poder del Mundo.
Maldonado-Bourgoin, Carlos: "La Potencia Creativa de Daniel Suárez", publicado en catálogo "Daniel Suárez", Centro de Arte Daniel Suárez, Caracas, 2010 y catálogo "Cosmogonías", publicado por la Galería de la Sociedad Dramática de Maracaibo, Zulia, 1999.
ENGLISH VERSION
"Daniel Suarez’s Creative Potency"
Within this artistic discourse, Daniel Suárez shows a
versatility of technical resources that he manages to knot with visual
expressive unity. Cosmos-Gonias (sculptures, reliefs and sculptures) gathers
the latest artist’s masterpieces. Autobiographical allusion,
astrological-geographical, magical and ecological, in his series of paintings,
as well as aerial, interior and cosmogonical images of the reliefs; and,
reference to the organic-mechanical principles that originate life in the
sculptures, suggest the artist-magician or magician and artist who embodies
Daniel Suárez, who reconciles and communicates dimensions and opposites of the
contemporary man’s reality. Tensions, wounds, cracks, sutures and use of
diagonals, they give a great dynamism and specialty, in the context of the
works of art, because searching a space and a time has been always his ultimate
goal.
Suárez recalls his beginnings as abstract artist, appears and suggests
the “Floating Points”, as an invitation to awakening of consciousness and as an
exhortation to return home or to the origins of the world. To him, the universe
remains summarized and synthesized in the Circle. He focuses on this shape and
the Ellipse, with a clear reference to the ancient archaic wisdom, to the
modern physic or the quantum theory, because these shapes are the beginning and
the origin of the power of the world.